domingo, 11 de septiembre de 2016

ANDANZAS EN `FEMENINO PLURAL´ POR LA CIUDAD DE MURCIA

Subsiste aún en la cultura un desprecio encubierto a lo femenino. Una nota inicial es que se sigue desconfiando de las mujeres que tienen inquietud cultural. Sin embargo, la mujer es quien más lee, quien más asiste a actividades culturales, lúdicas y de ocio creativo. Hoy, afortunadamente, con que aparezca la palabra “mujer” es garantía de que llegará a un público mayoritario. Por ello, a estas iniciativas y actividades culturales hay que saludarlas positivamente y, si es posible, participar. 
De atrás hacia adelante, itinerarios que hablan en femenino.
No se trata de explicación de construcciones monumentales y su historia, sino del acceso ancestralmente restringido de la mujer al ocio.
El del sábado 10 de septiembre es un recorrido de línea cuadrangular de edificios representativos del ocio: Teatro Romea, punto de concentración, —Teatro Circo, al que no se fue—, Casino de Murcia y cine Rex.

Espacios, en su origen, limitados al uso masculino. Las mujeres sólo accedían si era una fiesta de sociedad de la burguesía o si tenían alguna relación clandestina de carácter erótico-sentimental con el hombre que las llevaba, (raramente se acostumbraba a llevar a la propia esposa). En la puerta o en el interior, cuatro edificios emblemáticos de Murcia, la historia y la situación de la mujer en la sociedad y el ocio desde hace más de un siglo hasta el momento actual.

No está nada mal conocer la historia para salir de ella y no repetirla. Hoy las cosas han cambiado, —aunque persisten ciertos modos discriminatorios para la mujer como, por ejemplo, la pertenencia en puestos de responsabilidad de organizaciones festivas—.

No es, por tanto, una casualidad este proyecto con la mujer como protagonista. Proyecto como fenómeno imparable. Hay materia, miradas y campo de desarrollo. La Concejalía de Derechos Sociales y el Museo de la Ciudad de Murcia lo incluyeron en este 2016. (El desarrollo técnico ha sido instrumentado por Miriam Iniesta y Clara Alarcón, del Museo de la Ciudad).


Esta es ya la cuarta jornada de ‘Femenino Plural’.

Cada primer sábado de mes, un recorrido que se enlaza con el hilo argumental que indica el nombre del proyecto. Aportación que se suma a otras y que confirma que un público cada vez más numeroso se interesa por temas relacionados con lo que afecta a lo femenino. Eso, que no pasaba antes, unos cuantos años atrás, es una gran noticia: muestra, por una parte, el interés creciente por temas habitualmente considerados masculinos. Y, por otra, a través de la cultura, la mujer está alcanzando posiciones en muchos ámbitos sociales. Es importante que se desarrollen actividades que creen un diálogo. (Queda mucho por hacer).

En este día, han acudido a la travesía 50 mujeres y solo 5 hombres.

(Es la primera vez que asisto, por información y por la insistencia de una amiga, venciendo el indudable temor al calor inclemente de Murcia, en verano y septiembre, a esas horas de 12 a 2).
Estos encuentros se vuelven liberadores y tienen color y matiz amables. En el momento de la inscripción, me advirtieron de la conveniencia y oportunidad de llevar abanico. Supuse que por el anunciado calor; y comprobé que resultó un acierto.

En el asunto de esta concreta actividad, Miriam Iniesta ha indicado a los asistentes edificios del patrimonio y la historia de la ciudad desde una situación femenina. Lo destacable es hablar: conocer las situaciones marginales de la mujer en la historia del ocio en Murcia y abrir el diálogo con la actualidad. Un viaje al interior, a las entrañas del universo de la mujer con una infinidad de capas que se superponen, para entender que aún estamos lejos de cumplir la perfección social exigida.

Es una alternativa que desemboca en la lógica del protagonismo de la mujer en el tercer milenio; un recorrido por los tópicos y la realidad sobre la femineidad y el ocio, la creación artística de mujeres en Murcia. Una muestra más de la avalancha de actos en torno a la mujer que abarcan diálogo y comentarios desde el rigor histórico hasta el culebrón. No es cultura para mujeres —sería una nueva discriminación— sino el conocimiento de un espacio público que antes era ajeno o estaba vetado. Y que se ofrece a todos. Es un momento propicio para hacer balance, para revisar tópicos y preguntarse si la igualdad de la que tanto se habla es real. El sometimiento de las mujeres a normas estéticas impuestas por el poder masculino está en el trasfondo de la historia de las apariencias.

El siglo XX fue el de la gran revolución inacabada de las mujeres, lo que puede ser un problema para los hombres. La vida ha cambiado aceleradamente y de forma radical. Acostumbradamente se ha afirmado que existía una creatividad específica femenina vinculada a los colores suaves, el exceso de adorno y de sentimentalismo, lo que no es cierto.
En contraste, no hay una sola forma fijada para el artista masculino. Hay muchas formas de ser hombre artista: vigoroso como Miguel Ángel, cerebral como Leonardo... Y ¿sólo una forma de ser mujer artista?
Las mujeres van dejado atrás estereotipos y roles pasados, mientras que los hombres aún tienen que quitarse de encima el estereotipo que les relaciona con la fuerza, la guerra y el poder. Tendrán que redefinir su propio papel.

El feminismo tradicional se había planteado como reivindicación esencial la igualdad entendida como la aplicación del modelo masculino. Se ha alcanzado y no es suficiente, no era el punto de llegada sino el de partida. Cambios de actitud que se han producido en los últimos tiempos y que, como signo de identidad, las mujeres se afirman desde la cultura. Las transformaciones en las actitudes internas, es decir, frente a la maternidad, el sexo...; y por otra, en relación a su irrupción en la esfera pública, su participación en la política, el arte. Es una realidad que crecerá en los modelos estéticos y de ocio.

La lucha de las mujeres por su emancipación también está marcada en su actitud frente a la moda. Aspecto por el que se considera importante —hasta decisivo— para mantener sus trabajos. Sumar el requisito de la belleza al de la profesionalidad, además de ocuparse de la familia: un gasto de dinero y tiempo en comparación con sus compañeros hombres. La mirada del hombre sigue presente.

Este viaje del día 10 de septiembre se ha comenzado en el pórtico del Teatro Romea. Evolución histórica de la mujer a la hora de la asistencia a espectáculos teatrales, tanto aquí como en el teatro Circo, con sorprendentes y llamativas anécdotas ocurridas desde el siglo XIX en los palcos.


 Desde ahí, desplazados por calle paralela a Trapería, —evitando el bullicio de las bandas de música que acompañan a las kábilas, mesnadas y huestes moras y cristianas en su momento festero—.


Se llega a donde hay enormes fotografías con las que se cubren los solares y casas en rehabilitación, —esto es habitual y recogido en ordenanza municipal, en diversos puntos de Murcia—, hasta la calle Marín Baldo, para jugar con la búsqueda y coincidencia de imagen y nombre y, así, hablar de actrices y artistas murcianas, como Charo Baeza, Bárbara Rey, Margarita Lozano, Pepa Aniorte y muchas otras de una larga lista.
 Las secuencias se enmarcan en el hilo conductor del proyecto y corresponde a cada uno de los días.

El grueso de la visita ha sido el Casino. Lugar interesante donde destaca el ‘Tocador de Señoras’ y el Salón de Baile. (Al lado, el reservado para hombres).

¡Ah! El abanico, aparte de paliar el calor, tenía su secreto. El lenguaje de los abanicos en bailes y actos sociales. Un uso que había que conocer y dominar para emitir mensajes y entenderlos.

(Diógenes iba con su linterna en busca de un hombre verdadero, es su hábito. Al tropezar con el espejo habrá de continuar el camino, como si nada).

El programa de Miriam Iniesta recrea episodios de las mujeres en la historia de un encuentro real. Hoy tocaba el ocio y la mujer, en el que se abre el grifo desde una posición de rebeldía y defensa frente a una sociedad que las ataba y condenaba a la soledad de la casa, a la sombra del éxito de los demás. vivencias, secretos, bajo la protección lujosa e inaccesible del Teatro, el Casino y el Cine.

La conclusión en el Cine “Rex”, en calle Vara del Rey, esquina a calle Alejandro Séiquer, —antigua de Correos—. El cine apareció con las ferias de diversión. 


¿De qué hablarían las mujeres en aquellos encuentros? Hablar a través de nuestras abuelas. Lo preocupante es que aquellas se parecen mucho a las mujeres actuales, consideradas modernas. De su tormento, de su talento, de su vida ya se ha escrito mucho, pero no bastante. Y habrá que escribir aún más. Quizá, los encuentros de ocio ocurrieran así. O tal vez no.

Cada época sirve de escalón de acceso para establecer paralelismos con la actualidad. Un lema reivindicativo, como metáfora para el desplome de barreras, podría ser: “Opta por ti, elígete ante todo.

Más allá del discurso feminista habría que preguntarse el sentido de estas actividades por y para mujeres,. Aunque tampoco faltará quien considere esto casos de “hombre-cuota”.


Y, al final, nos despedimos camino de encuentro con una buena cerveza que mitigue la sed y el calor.
Y hay que volver el 8 de octubre

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