martes, 13 de septiembre de 2016

DÍA DE ROMERÍA E INMATERIALIDAD

      Un año más, en martes, como marca el ritual y el calendario, ROMERÍA de subida al monte. Lo que viene a significar que no es noticia, sino tradición arraigada.

     
 Murcia, en la mañana, todavía no son las siete y media. Gente a la puerta de la catedral en plaza Belluga, y llenando el recorrido, (dice el bolero:
 “…el lucerito del alba / se ha vuelto trasnochador /quiere ver la romería,/ antes que la vea el sol…”).

            Se remueve la memoria. Evocación de la huerta en el día de la Romería (que se puede escuchar, 'pinchando'):
        
         Más gente que toma posiciones en el Puente y sus inmediaciones. gente que pasa, gente que llega, mirada al río…

      Muchedumbre. Enormidad de gentío (¿medio millón de personas dirán los informativos y los periódicos?)
         [Aquí no hay que hacer “guerra de cifras y cantidades”, como en otros eventos septembrinos, léase ‘Diada catalana’].

       Las 8 de la mañana: desde el Puente Viejo se escucha el volteo y repique de campanas. Quiere decir que la virgen de la Fuensanta abandona la catedral y se encamina a su santuario del monte, en un trayecto de unos 8 kilómetros, que tardará en recorrer algo más de seis horas. Continuas estaciones de parada en altares y lluvia de pétalos a lo largo del itinerario).
       
 Cada vez cuesta más moverse:
    

      —      Ya viene,… ya viene…”, se escucha sin grito, en rumor emocionado.
    
      Pasan mujeres y hombres descalzos, con velas o sin ellas, en cumplimiento de quién sabe qué promesas compensatorias de males remediados, adversidades sufridas y que hoy se agradece o se pide. Familias, grupos de amigos, vecinos con los que se ha quedado… Ahí van.
           
      Una multitud llena el segmento final de Gran Vía y se encamina bajando el Puente hacia la iglesia del Carmen.
      
     Los motivos que mueven a la concurrencia son (serán) diferentes y todos legítimos: desde el fervor religioso, el evento lúdico, la costumbre, la curiosidad,…
            
          Comentaba mi profesora de Antropología Filosófica (que no es de Murcia, pero sí de profunda creencia y religiosidad practicante) que este tipo de concentraciones es difícil de explicar, pero que los hechos son más tozudos que las teorías. Y es lo que hay.
         Todos sabemos que la imagen de la virgen de la Fuensanta es un “objeto”. Aún así, mujeres y hombres le lanzan gritos de:

      “¡Viva la virgen de la Fuensanta!”, —y se emocionan al decirlo y también que les corean: “¡Viva!”

Y aplauden cuando escuchan en insistencia a alguien, (muchos y continuos ‘alguien’, mujeres y hombres enfervorizados, a lo largo del camino), exclama en clamor de homenaje:


    “¡Guapa, guapa, guapa!”

         Y romeros portando cañas liceras, como alegoría, para la llamada a la lluvia, que ya es más necesaria en Murcia.

         La inmaterialidad, el patrimonio inmaterial de la Humanidad: pertenece a todos y cada uno de quienes de madrugada han asistido a misa en la catedral, o aguardan su salida; u ocupan aceras y calles, también a quienes la acompañan durante trechos o toda la ruta, a quienes miran y ven… Voces que nada dicen que pueda explicarse en esta lectura de la tradición, como reflejo de la sociedad donde se produce.

       El crédito del hechizo no depende únicamente de quienes lo pronuncian. Cantos y conjuros que emanan de pulmones que se hinchan con gozo y que, aunque se repiten cada año, no resultan monótonos ni estereotipo empobrecedor. Todo acto de lenguaje tiene consecuencias.

         Es probable que no se lleve al límite la complejidad de pensamiento que estas concentraciones encierran. (En la geografía y en la conciencia del mundo hemos visto, en televisión y periódicos, concentraciones masivas con motivo de la ‘Fiesta del cordero’ musulmana, como también la visita a La Meca, de actualidad).

      No todo es inteligencia y raciocinio. Es algo más que complejidad en las estructuras, es establecimiento de un vínculo admitido con tintes religiosos, poéticos y de folclore (“saber del pueblo”). Es puro pensamiento en intuición y naturaleza, ligados por decisión propia.






       Suena la campana de la virgen de los Peligros (ya se sabe: “…la que está encimica del Puente…”) a la vista de la banderola anunciadora.
     
       Ya viene,… ya viene…”,
        
      Una rondalla de instrumentos de cuerda, compuesta de chicos jóvenes (al mayor no le pongo más de 25 años), toca y canta parrandas y malagueñas.

       Hagamos un espacio para el recuerdo de don Manuel Massotti, que compuso las “Coplas murcianas”, de sentimentalidad a flor de piel. Él mismo decía de su obra:
      “¡qué bonitas son las Coplas murcianas!”:  https://www.youtube.com/watch?v=mbw8JqJO4NQ

         




Se despide a la virgen en la iglesia del Carmen.

         Y disfrutarán del día festivo.
         Así se lo deseo a todos.








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        Nota discordante.-

             Además de la motivación por asistir a un popular bien común, ha de haber espacio a la incomodidad de la protesta.
   
   Es también ‘tradicional’ -puede dejar de serlo- que las autoridades municipales y regionales, civiles y militares, hagan un trayecto detrás de la imagen (desde la catedral hasta la iglesia del Carmen, no será más de un kilómetro).
        Esta situación lleva aparejada una incomodidad sufrida e innecesaria: la de los uniformados agentes de la policía que, sin amabilidad, con contundencia y técnica ensayada para el desplazamiento de personas para que no ‘molesten’ ni invadan el territorio reservado a las autoridades…
       ¿Captan lo que se quiere decir, verdad?
       Personas de distinta edad y condición hemos sido desplazados a empellones hacia las aceras ya ocupadas, y que con el consiguiente efecto de carambola nos convertimos en empujadores.
       
Mientras, las autoridades sacan pecho, barriga y sonrisas estudiadas. 

        Si no hay ni el más mínimo atisbo, por nadie, de estorbar y mucho menos de agredir a la “Feliz Gobernación” ¿de quienes se protege a tales autoridades? -Son los políticos que nos merecemos -?- y que gastan nuestro dinero en su bienestar. Nadie les ha movido la alfombra bajo los pies ni ha habido, nunca, que se sepa, un intento violento. Pero usan a agentes fornidos que pagamos con los impuestos del pueblo, contra el pueblo.

       Me ha dolido y no solo físicamente. Y protesto.

domingo, 11 de septiembre de 2016

ANDANZAS EN `FEMENINO PLURAL´ POR LA CIUDAD DE MURCIA

Subsiste aún en la cultura un desprecio encubierto a lo femenino. Una nota inicial es que se sigue desconfiando de las mujeres que tienen inquietud cultural. Sin embargo, la mujer es quien más lee, quien más asiste a actividades culturales, lúdicas y de ocio creativo. Hoy, afortunadamente, con que aparezca la palabra “mujer” es garantía de que llegará a un público mayoritario. Por ello, a estas iniciativas y actividades culturales hay que saludarlas positivamente y, si es posible, participar. 
De atrás hacia adelante, itinerarios que hablan en femenino.
No se trata de explicación de construcciones monumentales y su historia, sino del acceso ancestralmente restringido de la mujer al ocio.
El del sábado 10 de septiembre es un recorrido de línea cuadrangular de edificios representativos del ocio: Teatro Romea, punto de concentración, —Teatro Circo, al que no se fue—, Casino de Murcia y cine Rex.

Espacios, en su origen, limitados al uso masculino. Las mujeres sólo accedían si era una fiesta de sociedad de la burguesía o si tenían alguna relación clandestina de carácter erótico-sentimental con el hombre que las llevaba, (raramente se acostumbraba a llevar a la propia esposa). En la puerta o en el interior, cuatro edificios emblemáticos de Murcia, la historia y la situación de la mujer en la sociedad y el ocio desde hace más de un siglo hasta el momento actual.

No está nada mal conocer la historia para salir de ella y no repetirla. Hoy las cosas han cambiado, —aunque persisten ciertos modos discriminatorios para la mujer como, por ejemplo, la pertenencia en puestos de responsabilidad de organizaciones festivas—.

No es, por tanto, una casualidad este proyecto con la mujer como protagonista. Proyecto como fenómeno imparable. Hay materia, miradas y campo de desarrollo. La Concejalía de Derechos Sociales y el Museo de la Ciudad de Murcia lo incluyeron en este 2016. (El desarrollo técnico ha sido instrumentado por Miriam Iniesta y Clara Alarcón, del Museo de la Ciudad).


Esta es ya la cuarta jornada de ‘Femenino Plural’.

Cada primer sábado de mes, un recorrido que se enlaza con el hilo argumental que indica el nombre del proyecto. Aportación que se suma a otras y que confirma que un público cada vez más numeroso se interesa por temas relacionados con lo que afecta a lo femenino. Eso, que no pasaba antes, unos cuantos años atrás, es una gran noticia: muestra, por una parte, el interés creciente por temas habitualmente considerados masculinos. Y, por otra, a través de la cultura, la mujer está alcanzando posiciones en muchos ámbitos sociales. Es importante que se desarrollen actividades que creen un diálogo. (Queda mucho por hacer).

En este día, han acudido a la travesía 50 mujeres y solo 5 hombres.

(Es la primera vez que asisto, por información y por la insistencia de una amiga, venciendo el indudable temor al calor inclemente de Murcia, en verano y septiembre, a esas horas de 12 a 2).
Estos encuentros se vuelven liberadores y tienen color y matiz amables. En el momento de la inscripción, me advirtieron de la conveniencia y oportunidad de llevar abanico. Supuse que por el anunciado calor; y comprobé que resultó un acierto.

En el asunto de esta concreta actividad, Miriam Iniesta ha indicado a los asistentes edificios del patrimonio y la historia de la ciudad desde una situación femenina. Lo destacable es hablar: conocer las situaciones marginales de la mujer en la historia del ocio en Murcia y abrir el diálogo con la actualidad. Un viaje al interior, a las entrañas del universo de la mujer con una infinidad de capas que se superponen, para entender que aún estamos lejos de cumplir la perfección social exigida.

Es una alternativa que desemboca en la lógica del protagonismo de la mujer en el tercer milenio; un recorrido por los tópicos y la realidad sobre la femineidad y el ocio, la creación artística de mujeres en Murcia. Una muestra más de la avalancha de actos en torno a la mujer que abarcan diálogo y comentarios desde el rigor histórico hasta el culebrón. No es cultura para mujeres —sería una nueva discriminación— sino el conocimiento de un espacio público que antes era ajeno o estaba vetado. Y que se ofrece a todos. Es un momento propicio para hacer balance, para revisar tópicos y preguntarse si la igualdad de la que tanto se habla es real. El sometimiento de las mujeres a normas estéticas impuestas por el poder masculino está en el trasfondo de la historia de las apariencias.

El siglo XX fue el de la gran revolución inacabada de las mujeres, lo que puede ser un problema para los hombres. La vida ha cambiado aceleradamente y de forma radical. Acostumbradamente se ha afirmado que existía una creatividad específica femenina vinculada a los colores suaves, el exceso de adorno y de sentimentalismo, lo que no es cierto.
En contraste, no hay una sola forma fijada para el artista masculino. Hay muchas formas de ser hombre artista: vigoroso como Miguel Ángel, cerebral como Leonardo... Y ¿sólo una forma de ser mujer artista?
Las mujeres van dejado atrás estereotipos y roles pasados, mientras que los hombres aún tienen que quitarse de encima el estereotipo que les relaciona con la fuerza, la guerra y el poder. Tendrán que redefinir su propio papel.

El feminismo tradicional se había planteado como reivindicación esencial la igualdad entendida como la aplicación del modelo masculino. Se ha alcanzado y no es suficiente, no era el punto de llegada sino el de partida. Cambios de actitud que se han producido en los últimos tiempos y que, como signo de identidad, las mujeres se afirman desde la cultura. Las transformaciones en las actitudes internas, es decir, frente a la maternidad, el sexo...; y por otra, en relación a su irrupción en la esfera pública, su participación en la política, el arte. Es una realidad que crecerá en los modelos estéticos y de ocio.

La lucha de las mujeres por su emancipación también está marcada en su actitud frente a la moda. Aspecto por el que se considera importante —hasta decisivo— para mantener sus trabajos. Sumar el requisito de la belleza al de la profesionalidad, además de ocuparse de la familia: un gasto de dinero y tiempo en comparación con sus compañeros hombres. La mirada del hombre sigue presente.

Este viaje del día 10 de septiembre se ha comenzado en el pórtico del Teatro Romea. Evolución histórica de la mujer a la hora de la asistencia a espectáculos teatrales, tanto aquí como en el teatro Circo, con sorprendentes y llamativas anécdotas ocurridas desde el siglo XIX en los palcos.


 Desde ahí, desplazados por calle paralela a Trapería, —evitando el bullicio de las bandas de música que acompañan a las kábilas, mesnadas y huestes moras y cristianas en su momento festero—.


Se llega a donde hay enormes fotografías con las que se cubren los solares y casas en rehabilitación, —esto es habitual y recogido en ordenanza municipal, en diversos puntos de Murcia—, hasta la calle Marín Baldo, para jugar con la búsqueda y coincidencia de imagen y nombre y, así, hablar de actrices y artistas murcianas, como Charo Baeza, Bárbara Rey, Margarita Lozano, Pepa Aniorte y muchas otras de una larga lista.
 Las secuencias se enmarcan en el hilo conductor del proyecto y corresponde a cada uno de los días.

El grueso de la visita ha sido el Casino. Lugar interesante donde destaca el ‘Tocador de Señoras’ y el Salón de Baile. (Al lado, el reservado para hombres).

¡Ah! El abanico, aparte de paliar el calor, tenía su secreto. El lenguaje de los abanicos en bailes y actos sociales. Un uso que había que conocer y dominar para emitir mensajes y entenderlos.

(Diógenes iba con su linterna en busca de un hombre verdadero, es su hábito. Al tropezar con el espejo habrá de continuar el camino, como si nada).

El programa de Miriam Iniesta recrea episodios de las mujeres en la historia de un encuentro real. Hoy tocaba el ocio y la mujer, en el que se abre el grifo desde una posición de rebeldía y defensa frente a una sociedad que las ataba y condenaba a la soledad de la casa, a la sombra del éxito de los demás. vivencias, secretos, bajo la protección lujosa e inaccesible del Teatro, el Casino y el Cine.

La conclusión en el Cine “Rex”, en calle Vara del Rey, esquina a calle Alejandro Séiquer, —antigua de Correos—. El cine apareció con las ferias de diversión. 


¿De qué hablarían las mujeres en aquellos encuentros? Hablar a través de nuestras abuelas. Lo preocupante es que aquellas se parecen mucho a las mujeres actuales, consideradas modernas. De su tormento, de su talento, de su vida ya se ha escrito mucho, pero no bastante. Y habrá que escribir aún más. Quizá, los encuentros de ocio ocurrieran así. O tal vez no.

Cada época sirve de escalón de acceso para establecer paralelismos con la actualidad. Un lema reivindicativo, como metáfora para el desplome de barreras, podría ser: “Opta por ti, elígete ante todo.

Más allá del discurso feminista habría que preguntarse el sentido de estas actividades por y para mujeres,. Aunque tampoco faltará quien considere esto casos de “hombre-cuota”.


Y, al final, nos despedimos camino de encuentro con una buena cerveza que mitigue la sed y el calor.
Y hay que volver el 8 de octubre

jueves, 1 de septiembre de 2016

TIEMPO NUEVO, CONTINÚAN MODOS

A jm2m,
que el retorno sea sosegado y agradable.

La organización del tiempo se muestra según circunstancias y a veces de forma caprichosa. Tras los meses de concentración vacacional, julio y agosto, aun queda tiempo de verano y veraneo. El tiempo se hace nuevo cuando se aplican signos establecidos, como lo es la señal del final de las vacaciones masivas. Verano todavía queda, pues no coincide esta distribución temporal con la llegada del otoño, por ejemplo.

     Tiempo de regreso y de recuperación de la actividad. Se completa así un ciclo anual y otro empieza, como un cambio de modelo. Una fase de descanso, establecido y aceptado por la comunidad, la que es desplazada a su final por otro período de trabajo. En la transición se genera un conflicto por situaciones añadidas, una crisis por acumulación de asuntos que atender cuando comienza un nuevo período de lo ‘normal’.

     Agosto ya pertenece al pasado. Vaciadas las maletas, quedan atrás los lugares de descanso de quienes lo han podido disfrutar. Vuelta a la “normalidad”, a la cotidianidad, en una aparente rutina. Aunque se tenga claro, no obstante, cuesta volver al trabajo y a los quehaceres programados.

     Buena parte de conciudadanos pueden sentirse molestos porque se digan palabras de vacaciones cuando esa parte de ciudadanía está sin trabajo, para quienes los fines de semana y el verano son iguales a los demás días del año. No lo olvidemos.
       Es imprescindible tener trabajo, pues es el que posibilita las vacaciones, que son un derecho por costumbre, habitual en el modo de vida. Racionalmente complejo de explicar, —contiene muchos tópicos y simplezas llamativas para ‘justificarlo’—, se ha aceptado que el lunes y los primeros días tras el regreso de las vacaciones son días malos para quienes trabajan, porque se supone que la idea de bienestar emocional y el ánimo favorable son producidos por el paréntesis en el trabajo.
     Más allá o más acá de los tópicos, no hay otra alternativa que la del regreso al camino y a la labor.

Ayer era agosto.

    ¿Qué día es hoy?

    Es el primer día de un nuevo año.

    ¡Qué dices…! Eso será el uno de enero. Y estamos en septiembre.

    Por eso mismo: la vuelta a la faena de los trabajadores, los escolares y estudiantes, con libros, equipamiento y uniformes nuevos, también los cambios de centros.

    Trasiego extraordinario para las personas que han agotado las vacaciones y para las familias, con nuevos gastos y situaciones.

    Entonces, ¿hay que decir “feliz año nuevo!”?

    Pues… sí.



Desde otro ángulo, en la vuelta al trabajo se origina alguna expectativa de novedad y cierta ilusión, también en otros aspectos. Debe serlo, sin frustración. Las obligaciones cotidianas no pueden sentirse como un sacrificio. Porque no lo es.

      Fijémonos en que, además del trabajo, se recupera a las amistades y la vida social, con quienes se comparte espacios de bienestar, o hábitos físicos saludables. Y la participación en la cultura.

         Tiempo de educación.

 
    Siempre resulta singular y destacado el retorno a la actividad de la educación y la enseñanza. Con la apertura de la escuela, el instituto, la universidad, se comienza con nuevos programas, asignaturas, horarios, exámenes y notas. Un viaje en el tiempo, lleno de responsabilidad, decisiones y, a veces, un desafío. Con la ineludible adaptación de alumnos y profesores a los nuevos tiempos y ritmos en la enseñanza.

     Desde la realidad de los sueños en calma, un deseo razonable es que la actividad educativa debiera proporcionar un significativo avance en la enseñanza de la Música y de las Enseñanzas Artísticas incardinado en todos los niveles y a todas las edades. Los conciertos y recitales, los actos musicales en toda la gama de colores. 

       En vez de poner adornos navideños, colguemos libros en los árboles, y de sus ramas desciendan instrumentos musicales y máscaras teatrales, que nos recuerden lo que puede hacer el ser humano: la humanidad es el distintivo.

   
  Los años pasan por encima, a veces como una tormenta, mientras tratamos de sobrevivir. ¿Y dónde queda el beneficio de todo lo que nos rodea? ¿No asimilamos “¡carpe diem!” o que, como palabras, se han quedado solas?


 Alumbradas desde el pensamiento pero marcadas por la intemperie.

 —    En la luz, no mires al espejo ni preguntes dime quién eres

      Nada es fácil. Dispongamos el tiempo para la dualidad de trabajo y el frenesí de lo que ofrezca cada día. Y que encontremos espacio y elementos positivos para sentirnos bien.
   
   Que el tiempo estrenado sea favorable en las próximas semanas, en el plazo cercano mejor contar semanas que meses.


¡Feliz curso nuevo!