jueves, 3 de diciembre de 2015

“… Y Teresa de Ávila se hizo palabra y música”.

en un recital incandescente

 A los componentes deCanna brevis”,
grupo de Teatro leído -APROMUBAM

También para Aurora, Paquita, Vicente y SØren



Imaginemos una figura geométrico-artística concordada de cinco vértices. 
Santa TERESA: aporta los Poemas.


Santiago Delgado: selección, comentario y puesta en escena.




Idea escénica y selección del escritor Santiago Delgado, que les ha puesto comentario a cada cual, con la finalidad de sugerencia exegética en el acto poético. 
  
La dibuja la profesora y dramaturga Diana de Paco, en su introducción al acto. 

Así, sitúa las órbitas de las esferas angulares.

En el vértice central y superior, bullen siete poemas de Teresa de Cepeda y Ahumada, monja de enorme despliegue y energía literaria en su camino de santidad. 



En el ángulo superior de la izquierda, las palabras de la profesora y escritora Aurora Gil Bohórquez, en su despliegue, en torno a la figura de Teresa, en el que ha conjugado la condición de mujer valiente y emprendedora, de escritora de calidad y expresiva sencillez, preocupada por hacerse entender; de persona para quien la vida de monja no tiene por qué ser triste, sino la vía hacia el encuentro feliz y eterno. 

  
El vértice superior derecho lo aporta el profesor universitario Vicente Cervera, con recitado de poemas de santa Teresa, acompañado musicalmente por dúo de mandolina y guitarra.






Situada en el ángulo-base izquierdo, la intervención de la profesora, versada latinista, Paquita Moya, quien es de filóloga pasión clásica por la santa; comenta el séptimo poema: “Vivo sin vivir en mí”, por el que siente inclinada devoción.

 







  SØren Peñalver en la esfera derecha de la base, con poema propio, “A Teresa, en sus desposorios”, y final que será duplicado con eco, en un bis, por el profesor Cervera.





          En el interior de la silueta pentagonal, de delicada línea de ola marina, habitando el espacio escénico, seis componentes del grupo “Canna brevis”, enlazados con la música interpretada por la profesora y pianista Mónica Iniesta

  Ya lo tenemos: un habitado territorio sin aristas y en relieve lírico, delimitado por cinco esquinas de cristal limpio, incrustado en un marco físico que predispone y ayuda: la iglesia de san Juan de Dios, pequeña y acogedora, diferente a los otros templos murcianos, de interesante contenido, estética y acústica magníficas. Una auténtica joya.

Si a lo que ha ocurrido aquí el día primero de diciembre lo llamamos “recital” sería una simplificación. Si ampliamos y lo calificamos de evento poético-musical, seguiría limitado. Porque a lo literario y sonoro, se suman y sobresalen recios trazos ascético-místicos, contenidos en la sensible poética de Teresa de Cepeda y Ahumada, religiosa que será santa. Y que la confluencia sugestiva, creada para la función, nadie se sustrae, impregnada por la labor de quienes miran y hablan de frente, en el mismo plano que los espectadores.
Quienes lo vivieron, lo dicen. Y para quienes no pudieron asistir, lo indicamos aquí.

Vengo y digo que, las compañeras e iguales del grupo teatral “Canna brevis”, parece que forman un Coro por su intervención coordinada en frases. Pues bien, no son un coro sino voces femeninas coordinadas, -mezzosoprano y contralto-, singulares actrices de características diferenciadas y confluyentes.
En aproximada y restringida descripción –resistirá por concisión,  y es incompleta-, se afirma que la intervención de cada quien está marcada:


    
        


         · Ángela Sánchez-Lafuente, voz enérgica, vibrante y sincera, compensada con la brillantez de sus agudos sonidos, voz convencida y convincente en lo que manifiesta y revela.
         

           · Charo Guarino, voz de naturalidad dulce, envuelve desde su origen y escucha con energía de vocación integral; alisa las aristas de las palabras, sin disimular el sentimiento: gesto de autoafirmación y de éxtasis a un tiempo. 





      
            
            · Sonia Varó, voz de dorada sonoridad sensible, locución bronceada y cálida, sonido de vibrante como de aro del precioso metal mecido en terciopelo que vuela hasta el más recóndito oído, pues habla desde muy adentro.






   



· Y Pepa Alcaraz, voz clara, explícita y sin concesiones; de apasionado canto y armoniosamente fortalecida por su expresión escénica y la alquimia de la combinación de sonidos, con la que imprime musicalidad en el clima apropiado.




Cuatro voces interpretativas que se afinan en semicírculo y se despliegan como segmentos de vapor teñido de matices y colores. Y que, a estas alturas, no es factible el descenso al anonimato.
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Elogio de la Música y sus intérpretes.

"La música llega al alma por su verdad,

sin necesidad de que medie la razón"


     
     1.- El dúo de mandolina y guitarra ha llenado el espacio de notas enternecedoras, como quien siembra y esparce pétalos, acompañando al profesor Vicente Cervera.









2.- Mónica Iniesta, pianista y sensible intérprete, en aporte de partituras leídas con intención, ha conseguido que el instrumento de teclado exprese y acompañe a la poética palabra con los sonidos de clave, pertinentes al momento lírico, y adecuados emotivamente. 


  Mónica, con su interpretación, ha mostrado la profundidad del momento, desde Bach y Vivaldi a la música de sugerente ironía benévola de Morricone, en una persistente lucha contra los lugares comunes. Es de reconocer que haya seleccionado las piezas musicales con el encanto de las señas de identidad del rítmico momento, con esclarecedoras páginas musicales, que imprimen la vigencia histórica universal y dinámica del verso de Teresa de Ávila.

Mónica Iniesta, sentada al clave acompañando a voces en solo destacado y en coral, con dominio pleno de la interpretación, nos ha sugerido un rápido viaje, más allá de lo lejos y visto de cerca, donde se permanece y se evoca. Al regreso, en lugar de recuerdos, volvemos con música y emociona al son de la acústica de película.
Ha distinguido los aspectos que se deben resaltar, la distinción en el equilibrio entre la armonía, el ritmo y la melodía.

  Mónica es de los músicos que aprovechan la oportunidad y la capacidad para hacer, no en términos oscuros, y sin bajar el nivel. Ha iluminado el ámbito con lo que hay en la partitura, en una comunión entre lo latino y lo centroeuropeo, transmitiendo medida en la pasión, emoción en los compases, con dignidad y seriedad, pues pulsa diálogo y puntos de encuentro.
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Todo esto no es solo un evento cultural, sino un foro interesante para quienes quieran conocer una apuesta firme ante la preocupante vulnerabilidad de la cultura.


 Un lenguaje universal, que se entiende. Y dirigido y abierto a un público potencial muy grande aún por activar.



En ello estamos. Y que se note el entusiasmo.

2 comentarios:

  1. Gracias, Juan, por ese detallado repaso en el que laten la amistad y la satisfacción por un acto del que fuiste parte sobresaliente. Tu voz profunda y bien timbrada fue el eco de la voz de Dios a quien el alma replica en la de Pepa Alcaraz, humilde y serena, recatada y entregada a un tiempo. Enhorabuena, porque tú también eres Canna Brevis.

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  2. ¿Cómo puedes describir de una forma tan lírica y colorida los matices de esas voces femeninas? Tenías en la nuca el aliento poético de la Santa, está claro. Pero, aunque hermosa, es una crónica incompleta porque... yo veo también a dos hombres en la foto... Menos mal que Charo alude, al menos, a uno de ellos.
    Tuvo que ser un acto digno de verlo en directo. Enhorabuena a todos los miembros del grupo y a los músicos por haber conseguido la magia y la emoción. La Santa de Ávila no pudo estar mejor representada.

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