Es otra
vivencia en la que
observo el mismo lugar, tantas veces
frecuentado. Las casas, algunas pequeñas, desde las que, al pasar, se respira
la fragancia de macetas floridas, agrupadas en reducidos patios delanteros.
Las palabras de todos los días no fluyen
con facilidad, ocultas en un velo de sentimiento, cuando se quiere dialogar de
lo cotidiano con ingenio y brevedad.
Miro a los caminantes en su prisa o en su
parsimonia, a quienes se sientan al refugio de la sombra.
Aguardo para escuchar una conversación
real. Acuden las vacilaciones y el temor de repetir lo que ya se sabe de otras
ocasiones, se recuperan fragmentos de recuerdos. Una historia, un barrio o un
paisaje pueden ser evocados. O uno para sí mismo es lo conocido, y su forma no
puede cambiar el color de los ojos. Suena a comentario extraño. No digo nada.
Las hojas se cimbrean con la brisa de una danza en remolino.
La libertad brota siempre de la invención, en el equilibrio de lo desconocido, a la busca de espacios de soledad en los que olvidar escenarios vacíos.
Sueño
mundo y tiempo
envueltos
en voluntad apasionada.
Quiero,
aceptado en tu escucha,
trasladarte
a espacios
donde
conversarte,
sin
la estrechez de la infinitud.
Antes
de que el universo oscurezca,
la
música suene sin sombra
y
abra lo nuevo, sin palabras,
cuando
en caminos diversos
descubro
tu mirada.
Enardecido
y ebrio
en
el placer de leer
tu
cuerpo,
grandioso
como un desierto,
las
letras de tu libro.
Te
espero.
En una fugaz hebra están, sostenidas y
blancas, cada palabra con extraordinaria pureza, como seda inexplorada.
- - ¿Viniste en busca de
algo? ¿De qué realidad? ¿Te encontraste con la tristeza misma?
- No había nada que ver.
Parece un juego conmigo mismo.
Me iré enseguida.
Con un libro nuevo bajo el brazo.
Con un libro nuevo bajo el brazo.
- ¿Estuviste en el oasis y no viste nada?
Un paseo único, como siempre que se hace acompañado por tus palabras, con la visita inesperada y siempre gozosa de la lluvia. Y no te avergüences de haber visto solo un árbol porque no fue así: a tus lectores nos has transmitido muchísimo más.
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